La Esperanza. ( foto Fran Narbona. lagentedeabajo )
En la eterna madrugada de las esperanza rotas voy detrás de tus pisadas buscando besarlas todas”. En el final de aquella historia, la Virgen se quedaba con sus espinas “Duerme hasta entonces Rey mío yo te guardo la corona”.
Viene ya tan cansada, se ha pasado la noche andando de madrugada llenando los corazones rebosantes de Esperanza. Leve la roza la brisa por refrescarle la cara, y el sol se esfuerza en salir y dar luz a la mañana para iluminar su rostro y mostrarnos su mirada de ojos azabache puro que se te clava en el alma. Y mientras La miro pienso del poeta las palabras: ¡Ay, Señor! ¿Por qué La quiero, si yo no soy de Triana?
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Viene ya tan cansada,
se ha pasado la noche
andando de madrugada
llenando los corazones
rebosantes de Esperanza.
Leve la roza la brisa
por refrescarle la cara,
y el sol se esfuerza en salir
y dar luz a la mañana
para iluminar su rostro
y mostrarnos su mirada
de ojos azabache puro
que se te clava en el alma.
Y mientras La miro pienso
del poeta las palabras:
¡Ay, Señor! ¿Por qué La quiero,
si yo no soy de Triana?
Un abrazo en la Esperanza
E. Morillo
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